miércoles, 29 de octubre de 2008

PRÁCTICA NUEVE






CENTRO DE CIENCIAS BÁSICAS
DEPARTAMENTO DE MORFOLOGÍA
MORFOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO
LABORATORIO DE MORFOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO








NOVENA PRÁCTICA:

“Hemisferios Cerebrales”

(jueves 23 de octubre del 2008)





Maestro: Psic. Martha E. Acosta Mata
M. en C. Luis Manuel Franco Gutiérrez
Alumna: Wendy Samantha Limón Magaña.

Carrera: Lic. Psicología
Semestre: 1°
Grupo: A





Aguascalientes, Ags. , jueves 30 de octubre del 2008.









NOVENA PRÁCTICA: "HEMISFERIOS CEREBRALES"


OBJETIVO:
Identificar en los auxiliares didácticos la configuración externa e interna de los hemisferios cerebrales.

MATERIAL DIDÁCTICO:
A) Modelos anatómicos
B) Piezas anatómicas
C) Placas de RMI
REPORTE:
1.- Elaborar un esquema que muestre un corte axial y la cara lateral de un hemisferio, señalando las estructuras revisadas en la sesión.

2.- Revise en la Web por lo menos 2 páginas (de buen nivel) y un libro de texto contestando: ¿cuáles son las características de la enfermedad de Parkinson y en qué estructuras del sistema nervioso se encuentra la lesión que la provoca?

3.- Resuma la historia de la Frenología

4.- Suba su reporte a su Blog



Psic. Martha E. Acosta Mata
M. en C. Luis Manuel Franco Gutiérrez






REPORTE:




1.-Esquemas:
Lateral:
1 Circunvolución frontal superior 4 Pars: Orbitaria 7 Circunvolución temporal superior
2 Circunvolución frontal media 5 Pars: Triangular 8 Circunvolución temporal media
3 Circunvolución frontal inferior 6 Pars: Opercular 9 Circunvolución temporal inferior


10 Circunvolución frontal ascendente 11 Circunvolución pariteal ascendente
12 Circunvolución parietal superior 13 Circunvolución pariteal inferior


2.- Características del Parkinson y estructuras del sistema nervioso afectadas:

Mal de Parkinson
Es un trastorno cerebral que lleva a que se presenten temblores y dificultad en la marcha, el movimiento y la coordinación.

Causas, incidencia y factores de riesgo
El mal de Parkinson fue descrito por primera vez por el doctor James Parkinson en Inglaterra en 1817. Afecta aproximadamente a 2 de cada 1.000 personas y aparece más frecuentemente después de los 50 años de edad; aunque en ocasiones se presenta en adultos jóvenes y pocas veces en niños. Este mal afecta tanto a hombres como a mujeres y es uno de los trastornos neurológicos más comunes en las personas de edad avanzada.
En algunos casos, la enfermedad se presenta en familias, en especial cuando afecta a los jóvenes. La mayoría de los casos que ocurren a una edad avanzada no tienen una causa conocida.

El mal de Parkinson se presenta por la destrucción gradual de las células nerviosas de la parte del cerebro que controla el movimiento muscular y es un daño que empeora con el tiempo. Se desconoce la razón exacta por la cual las células del cerebro se desgastan. Este trastorno puede afectar a uno o ambos lados del cuerpo, con grados variables de pérdida de la función.
Las células nerviosas utilizan un químico cerebral, llamado
dopamina, para ayudar a enviar las señales de un lado a otro. El daño en el área del cerebro que controla el movimiento muscular ocasiona una disminución en la producción de dicho químico. La insuficiencia de dopamina altera el equilibrio entre las sustancias que envían las señales nerviosas (transmisores) y, en ausencia de ésta, las células nerviosas no pueden enviar mensajes en una forma adecuada, ocasionando la pérdida de la función muscular.

Algunas personas con mal de Parkinson pueden presentar una depresión severa, lo cual puede deberse a la pérdida de dopamina en ciertas áreas del cerebro relacionadas con el placer y el estado de ánimo. La falta de dopamina también puede afectar la motivación y la capacidad de realizar movimientos voluntarios.

La pérdida temprana de la capacidad mental es poco común; sin embargo, las personas que padecen la enfermedad severa pueden presentar deterioro mental general (incluyendo demencia y alucinaciones). La demencia también puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos usados para el tratamiento de este trastorno.

Aunque es poco frecuente en los niños, cuando el mal de Parkinson se presenta en ellos, parece ocurrir cuando los nervios no son tan sensibles a la dopamina, más que por el daño al área del
cerebro que produce esta sustancia.

El término "parkinsonismo" hace referencia a cualquier afección que involucre una combinación de los tipos de cambios en el movimiento observados en el mal de Parkinson. El parkinsonismo puede ser causado por otros trastornos (como el parkinsonismo secundario) o por ciertos medicamentos utilizados para tratar la esquizofrenia.

Síntomas
Rigidez muscular
rigidez o tensión
dificultad para flexionar los brazos o las piernas
Postura inestable, encorvada o desplomada
Pérdida del equilibrio
Cambios en la marcha (patrón de caminar)
Marcha arrastrada
Movimientos lentos
Dificultad para iniciar cualquier movimiento voluntario
dificultad para comenzar a caminar
dificultad para pararse de una silla
Pasos cortos seguidos de la necesidad de correr para mantener el equilibrio
Congelamiento del movimiento cuando éste se suspende e incapacidad para reiniciarlo
Achaques y dolores musculares (mialgia)
Agitación,
temblores (de grado variable o pueden no presentarse)
generalmente ocurren en momentos de reposo, pero pueden presentarse en cualquier momento pueden tornarse lo suficientemente severos como para interferir con las actividades
pueden empeorar cuando la persona está cansada, excitada o estresada
puede presentarse frotamiento del pulgar y dedos de la mano (rodamiento de píldora)
Cambios en la expresión facial:
reducción de la capacidad para manifestar expresiones faciales
cara con aspecto de "máscara"
mirada fija
posible incapacidad para cerrar la boca
reducción del ritmo de parpadeo
Cambios en el habla y en la voz:
habla lenta
bajo volumen de voz
monotonía
deterioro del habla
Pérdida de la destreza motriz fina
dificultad para escribir: la letra puede ser pequeña e ilegible
dificultad para deglutir
dificultad para desarrollar cualquier actividad que requiera movimientos finos
movimiento lento e incontrolable
Caídas frecuentes
Disminución de la función intelectual (puede ocurrir y puede ser severa)
Variedad de síntomas gastrointestinales, principalmente estreñimiento

Nota: los síntomas iniciales pueden ser leves e inespecíficos. Por ejemplo, el paciente puede presentar un temblor leve o una ligera sensación de rigidez y de arrastre de un pie o de una pierna.
Síntomas adicionales que pueden estar asociados con esta enfermedad:
Depresión
Confusión
Demencia
Seborrea (piel grasosa)
Pérdida de la función o sensibilidad muscular
Atrofia muscular
Pérdida de la memoria
Babeo
Ansiedad, estrés y tensión


Signos y exámenes
Es posible que el médico pueda diagnosticar la enfermedad de Parkinson basándose en los síntomas y en el examen físico. Sin embargo, los síntomas pueden ser difíciles de evaluar, particularmente en las personas de edad avanzada. Por ejemplo, es posible que los temblores no se presenten cuando la persona permanece quieta con los brazos sobre el regazo. Los cambios de posición pueden ser similares a los que se adoptan cuando se padece de
osteoporosis o a otros cambios asociados con el envejecimiento. La carencia de expresión facial puede ser un signo de depresión.
Un examen puede mostrar movimientos espasmódicos y rígidos, temblores tipo enfermedad de Parkinson y dificultad para iniciar o completar los movimientos voluntarios. Los reflejos son esencialmente normales.
Se pueden necesitar exámenes para descartar otros trastornos que causan síntomas similares.
http://www.walgreens.com/library/spanish_contents.jsp?doctype=5&docid=000755




PARKINSON:
La enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo del sistema extrapiramidal que afecta aproximadamente al 1% de las personas mayores de 50 años. Fue descripta por primera vez por el médico inglés James Parkinson en 1817. Entre sus rasgos clínicos más importantes figura el temblor de reposo, la rigidez, la lentitud en los movimientos corporales, la inestabilidad postural y la inexpresividad facial. Las causas de esta enfermedad no se conocen completamente.

En algunos casos puede tener componente familiar y en raras ocasiones se asocia a infecciones neurotrópicas virales o a tóxicos como el manganeso o derivados de la heroína.Sistema extrapiramidal El sistema motor extrapiramidal es el conjunto de vías motoras que ejercen una influencia importante sobre los circuitos motores medulares, del tronco encefálico, cerebelo y corticales. Tiene fibras provenientes de la corteza motora que conectan con los núcleos de la base, especialmente con el caudado y el putamen, así como con núcleos bulbares (núcleo rojo, sustancia negra y formación reticular) o mesencefálicos y terminan en el asta anterior

SINTOMAS
Rigidez: que se debe a la contracción simultánea de músculos agonistas y antagonistas de cada articulación durante los movimientos, provocando una resistencia a los mismos. En el movimiento pasivo de la articulación se produce el fenómeno de la “rueda dentada”, al vencerse bruscamente la resistencia del músculo agonista y encontrarse con la del antagonista.

Temblor: presente durante el reposo y la actividad con una frecuencia de entre 4 y 6 ciclos por segundo, generalmente de comienzo distal y que puede afectar los cuatro miembros y la cabeza. Cuando el paciente realiza movimientos voluntarios o cuando duerme, el temblor mejora o desaparece, empeorando con las emociones.

Bradicinesia: o lentitud en los movimientos. El enfermo pierde los movimientos “asociados” automáticos para cada acto motor, por lo que debe ajustarlos voluntariamente y hacer gran esfuerzo para superar la rigidez muscular.

Estos tres síntomas provocan inexpresividad facial, dificultad para caminar (arrastrando los pies, inestabilidad y lentitud al iniciar la marcha), distonías, trastornos en la escritura y dificultad para levantarse. Además, los signos de afectación autonómica pueden ser importantes, como aumento de salivación, sofocos y aumento de la secreción sebácea.

INHIBICION Y EXITACIONDOPAMINA Y ACETILCOLINA
En un cerebro normal, los niveles de dopamina y acetilcolina, se encuentran en equilibrio e igualados en sus funciones inhibitorias y excitatorias. Cuando se reducen los niveles de dopamina, se rompe dicho equilibrio pues la acetilcolina comienza a tener un exceso en su actividad excitatoria, lo que provoca enfermedad de Parkinson. La dopamina se encuentra en la pars compacta de la sustancia negra y se ignoran las causas por las que sus neuronas mueren y dejan de mantener el sistema en equilibrio sobre el cuerpo estriado.

Fisiopatología
Desde el núcleo caudado y el putamen, existe una vía hacia la sustancia negra que segrega el neurotransmisor inhibitorio GABA (ácido gamma aminobutírico). A su vez, una serie de fibras originada en la sustancia negra envía axones al caudado y al putamen, segregando un neurotransmisor inhibitorio en sus terminaciones, la dopamina. Esta vía mutua mantiene cierto grado de inhibición de las dos áreas y su lesión provoca una serie de síndromes neurológicos, entre los que se encuentra la enfermedad de Parkinson. Las fibras provenientes de la corteza cerebral segregan acetilcolina, neurotransmisor excitatorio, sobre el neoestriado. Las causas de las actividades motoras anormales que componen la enfermedad de Parkinson se relacionan con la pérdida de la secreción de dopamina por las terminaciones nerviosas de la sustancia negra sobre el neoestriado (tracto nigroestriatal) al que deja de inhibirlo. De esta forma, predominan las neuronas que segregan acetilcolina, emitiendo señales excitatorias a todos los núcleos de la base, responsables en conjunto, del planeamiento motor y algunas funciones cognitivas. Se requiere una pérdida de aproximadamente el 80% de la dopamina estriatal para que aparezcan los síntomas. Histológicamente, la enfermedad se caracteriza por la presencia de los cuerpos de Lewy en la sustancia negra y el locus coeruleus, aunque también pueden aparecer en otras localizaciones del sistema extrapiramidal. Se trata de inclusiones intracitoplasmáticas compuestas por proteínas, ácidos grasos libres, esfingomielina y polisacáridos.

TRACTOS NERVIOSOS Y SISTEMAS NEURONALES
En particular, los siguientes tractos nerviosos y sistemas neuronales intervienen en la fisiopatología de la enfermedad: las fibras eferentes de la sustancia negra a las células del asta anterior medular; la sustancia negra recibe numerosos estímulos de varias regiones corticales, así como estímulos inhibitorios del cuerpo estriado; las fibras eferentes pasan desde la parte anterior de la sustancia negra a la región medial del globo pálido, desde donde los estímulos se convierten en impulsos que se transmiten a la corteza premotora. Estos circuitos pueden explicar los diferentes síntomas de la enfermedad. La aquinesia puede explicarse por la falta de estímulos que regulan los movimientos automáticos involuntarios, puesto que el paso por la sustancia negra hacia la médula está alterado. La rigidez es el resultado de la hiperactividad a, que produce movimientos torpes.

http://www.zonamedica.com.ar/categorias/medicinailustrada/parquinson/parkinson-4.html




PARKINSON:
La enfermedad de Parkinson o parkinsonismo se define por la presencia de disfunciones motoras específicas que incluyen temblor en reposo, bradicinesia, rigidez y pérdida de los reflejos posturales. Estos hallazgos reflejan un síndrome de pérdida de células nerviosas en ganglios basales y grupos neuronales relacionados, así como deficiencias de neurotransmisores.

ETIOLOGÍA:
La incidencia de esta enfermedad es de 20/100 000 con una prevalencia de 187/100 000. se cree que esta enfermedad neurológica común afecta hasta 1% de la población mayor de 50 años. Los síntomas comienzan entre los 40 y 70 años, con un inicio pico a los 60 años. Rara vez se observa antes de los 30 años. Lo hombres se afectan con una frecuencia ligeramente mayor que las mujeres. La morbilidad es normal para la edad desde el advenimiento del tratamiento levodopa.

Los factores genéticos y virales no se han delineado claramente en la etiología del parakinsonismo. Se cree que los factores endógenos son parcialmente responsables porque las neuronas que contienen dopamina se pierden progresivamente con la edad y son cada vez más vulnerables a las toxinas. El estudio de las toxinas ambientales, como la “droga modelo” MPTP, ha conducido a nuevos caminos de investigación. La neurotoxicidad del MPTP puede bloquearse con los ihibidores de la monoaminooxidasa (MAO). Recientemente, los ensayos con el inhibidor de la MAO deprenil han mostrado que disminuyen la velocidad de evolución del parkinsonismo y constituyen una aplicación importante de esta investigación.

FISIOPATOLOGÍA:
El conocimiento del sistema motor extrapiramidal, en particular las conexiones de neurotransmisores entre la sustancia nigra y los ganglios basales, “cuerpo estriado”, ha conducido al conocimiento del defecto fisiopatológico en el parkinsonismo. Este sistema integra la actividad de muchas estructuras para controlar la ejecución de la función motora, la postura, el tono muscular, la coordinación y movimientos automáticos. Los neurotransmisores Dopamina, Acetilcolina y ácido gammaaminobutírico (ACh) se encuentran en el cuerpo estriado de los ganglios basales.
El proceso anatomopatológico del parkinsonismo consiste en pérdida de células pigmentadas en la sustancia nigra y depleción de la monoamina neurotransmisora dopamina. El pasaje reducido de dopamina desde la sustancia nigra hasta el cuerpo estriado conduce a la pérdida de la modulación inhibitoria de la dopamina sobre el estriado y mayor predominio de ACh. La ACh tiene un efecto excitatorio sobre la neurona. El desequilibrio entre la dopamina y ACh produce mayor actividad tónica de las motoneuronas alfa que ocasiona resistencia al estiramiento pasivo, rigidez y bradicinesia. Se ha calculado que el nivel de dopamina en el estriado debe estar reducido hasta un 20% del normal antes del desarrollo de los síntomas del parkinsonismo.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Los síntomas motores característicos del parkinsonismo son la presencia de uno o más de los siguientes:
Rigidez, bradicinesia, temblor en reposo y pérdida de los reflejos posturales.
*Rigidez: un endurecimiento muscular intenso, se presenta en todas las direcciones del rango de movimiento pasivo y del movimiento activo. La resistencia hallada con la rigidez es semejante a la que se encuentra al doblar un caño de plomo y tiene un carácter de detención en “rueda dentada” cuando se presenta temblor.
* Bradicinesia: la lentitud del movimiento corporal, tiene muchas facetas y se cree que constituye el síntoma de más difícil tratamiento. Afecta a muchas conductas automáticas o estereotipadas, como parpadeo, deglución, cambios en la expresión facial, y el balanceo de los brazos y puede progresar hasta la acinesia total o falta de movimiento. La acinesia puede aparecer con actividades más complejas, incluyendo el logro de 2 tareas a la vez (hablar y caminar).
El temblor generalmente aparece en la porción distal de las extremidades y se presenta en reposo y disminuye con el movimiento activo. La pérdida de los reflejos posturales, incluyendo la pérdida del reflejo de enderezamiento postural, es otra manifestación clínica del parkinsonismo. Cuando los pacientes se mueven de su centro de gravedad son fácilmente impulsados hacia atrás (retropulsión) o hacia delante(propulsión). Esta perdida de reflejos, acoplada con la deformidad postural flexionada observada en el parkinsonismo produce a menudo la marcha “festinante” donde el paciente se mueve más rápido para mantener equilibrado el centro de gravedad.

La enfermedad comienza lentamente y puede pasar inadvertida hasta que comienza el temblor. Inicialmente afecta sólo un lado del cuerpo, más tarde progresa para afectar ambos lados. Puede aparecer funcionamiento cognoscitivo disminuido con bradifrenia (lentitud del pensamiento), afectación mnésica e imperceptibilidad visuoespacial. Otras manifestaciones incluyen sialorrea, disfagia, palabra rápida, arrastrada o baja, constipación, polaquiuria, depresión, demencia y trastornos de ansiedad.


Gauntlett Beare, Patricia y Judith L. Myers; “Enfermería, principios y práctica”, Editorial Médica Panamericana, Tomo 3, Madrid, 1993. p. 981 y 982



3.-Frenología:

Los jefes de las congregaciones sacerdotales de Egipto, lo mismo que los filósofos griegos; en una palabra, los hombres iniciados en las ciencias elevadas de la antigüedad, se dedicaron a leer en el semblante, en el cráneo, en el cuerpo del hombre, la predestinación con que éste venía al mundo. Entonces se pretendió reconocer, sin más que la inspección de una cabeza, los instintos, los sentimientos y hasta la capacidad intelectual del individuo correspondiente. En Egipto, y más aún en Grecia, los artistas aplicaron esa ciencia, constituída en principios, a sus más notables producciones, y obtuvieron una configuración de la cabeza que estaba en armonía, por sus signos exteriores, con los atributos y facultades atribuídos a los dioses o a los héroes que se quería presentar al pueblo bajo sus formas más palpables. Los pintores o escultores griegos, poetizando la naturaleza lo mismo que las virtudes, tuvieron en cuenta esas condiciones al representar a Hércules, tipo divinizado de la fuerza y del vigor; a Mercurio, tipo de la actividad y del trabajo; a Venus, tipo del amor; a Minerva de la sabiduría,...

Cuando los vicios del pueblo romano, las invasiones de los bárbaros y la potencia brutal del feudalismo destruyeron y borraron los restos de aquella admirable civilización, fué preciso trazar de nuevo el camino que debía recorrer la humanidad, y entre los estudios que era preciso reconstituir ocupó importante lugar la Frenología. Muchos trabajos acerca de este asunto pasaron inadvertidos; otros quedaron anulados por la ignorancia; algunos pasaron a la posteridad.

Los escritos más antiguos acerca del particular parecen ser los de Platón y Aristóteles. En el siglo IX de nuestra era, Avicena intentó la localización de las facultades cerebrales, y en el siglo XIII Alberto el Grande, obispo de Ratisbona, dibujó una cabeza en la cual procuró determinar el sitio en que radican las diferentes facultades humanas; colocó el sentido común en la frente o en el primer ventrículo; el juicio en el segundo; la memoria y la fuerza motriz en el tercer ventrículo del cerebro. Análogas tentativas se hicieron en Italia a fines del siglo XV. Pedro de Montagna publicó en 1491 su obra, adornada con una lámina que representaba la cabeza, en la cual había trazado el sitio del sentido común, de la imaginación, &c. En 1562 Luis Dolei inventó un sistema de Frenología que tenía muchos puntos de contacto con el de Gall. Posteriormente Descartes, Gardon, Willis, Boerhaave, Kant, Bonnet, Vicq-d'Azyr, &c., publicaron trabajos que contribuyeron poderosamente a consolidar el método frenológico.

Cuando Gall, en 1781, llegó a Viena y comenzó a vulgarizar su doctrina, ésta no pasaba de ser un conjunto de las ideas y sistemas de sus predecesores. Pero, como hombre inteligente y no menos convencido, comprendió que en su sistema había muchos puntos vulnerables expuestos a controversia; quiso perfeccionarle; hizo observaciones repetidas, y obtuvo importantes resultados, hasta conseguir el objeto que se proponía. En 1804 fue cuando Gall se asoció a Spurzheim, y desde entonces ambos sabios continuaron sus investigaciones comunes acerca de la anatomía y fisiología del sistema nervioso, y en particular del cerebro, coinsignándolas en su monumental obra.

Gall admitió 27 órganos; con los añadidos por Spurzheim y otros frenólogos, este número se elevó hasta 38. De estos 38 órganos se han atribuido 10 a los instintos, 12 a los sentimientos o facultades morales, 14 a las facultades perceptivas y dos a las reflectivas.

Los instintos, necesidades, impulsos, ocupan la parte inferior del cráneo en toda su circunferencia, excepto la frente, en esta forma:
1.º La amatividad o amavidad, o instinto generador, que puede engendrar el amor apasionado. Reside en el cerebelo; forma dos relieves: uno en el lado izquierdo y otro en el derecho, por debajo de la línea curva occipital.

2.º La filogenitura, o amor a nuestros hijos. Relieve más considerable de la protuberancia occipitaI.

3.º La habitatividad o concentratividad, que es el gusto de su casa, y más generalmente el hábito de concentrar el espíritu en un objeto. Relieve que rodea la eminencia occipital. Algunos frenólogos separan estas dos últimas facultades, colocándolas siempre en la zona antes indicada.

4.º La afeccionividad o adhesividad, impulso a simpatizar con las personas o cosas. Relieve hacia la parte mediana del borde posterior del parietal.

5.º Combatividad, ardor por la lucha, valor, intrepidez. Relieve por encima de la oreja, hacia la unión de la apófisis mastoides y de la porción escamosa del temporal.

6.º Destructividad, crueldad. Relieve por encima de la oreja, en la parte posterior y superior de la porción escamosa del temporal.

7.º Alimentividad, que conduce a la glotonería y a la embriaguez. No lo admiten todos los frenólogos.

8.º Secretividad, instinto que a veces tiene mucho de hipócrita, y que puede dar lugar a la discreción. Relieve por delante del anterior, un poco por encima y delante del de la destructividad.

9.º Adquisividad, tendencia a adquirir: conduce al robo, a la avaricia. Relieve por encima y delante del que se acaba de mencionar.

10.º Constructividad, disposición a las combinaciones, a los proyectos, principalmente cuando se trata de la industria o de las artes mecánicas. Relieve en la parte más extensa del hueso frontal.

Las doce facultades morales residen en toda la parte del cráneo colocada por encima de la anterior, excepto la frente. Se ha expresado gráficamente esta disposición diciendo que, en un individuo que lleva sombrero, las facultades morales o afectivas hállanse por debajo del sombrero, mientras que los instintos se desbordan hacia abajo.

Estas doce facultades son:

1.ª La estimación de sí mismo, de la cual derivan la dignidad y el orgullo. Forma relieve en la parte posterior del vértice de la cabeza hacia el ángulo biparietal
2.ª La aprobatividad, deseo de la aprobación, que conduce a la vanidad, a la ambición. Relieve a derecha e izquierda del anterior, cerca del ángulo postero-superior del parietal.

3.ª La circunspección, que conduce a la irresolución, a la duda. Relieve exagerado de las eminencias parietales.

4.ª La benevolencia o dulzura. Relieve por delante del vértice de la cabeza, cerca de la extremidad de la sutura frontal.

5.ª La veneración, disposición al respeto, a la adoración, a las ideas religiosas, y, por consiguiente, al servilismo, a la superstición. Relieve del punto culminante de la cabeza, que algunas veces toma una forma oblonga, afilada como un pilón de azúcar.

6.ª La firmeza, la perseverancia. Relieve situado por delante del de la estimación de sí mismo, en la parte superior de los parietales.

7.ª La concienciosidad, amor del deber, de la verdad, del formalismo. Relieve por debajo de las eminencias parietales.

8.ª La esperanza, que predispone a una fe ciega, a las empresas irreflexivas. Relieve por delante del anterior.

9.ª La maravillosidad o admiratividad, amor de lo maravilloso, credulidad. Relieve del parietal por delante del que acabamos de citar, debajo y delante del de la veneración.

10.ª La idealidad, sentimiento de lo bello, de las ideas metafísicas, tendiendo a alejarse de la realidad y de la verdad. Relieve del temporal, por debajo del de la maravillosidad.

11.ª El buen humor, causticidad, tendencia a las bromas, aptitud para la alegría. Relieve por delante de las eminencias frontales, delante y debajo del correspondiente a la maravillosidad.

12.ª La imitatividad, disposición a la mímica, a la pantomima, y que se manifiesta en el gesto con el cual se pretende expresar lo que se habla. Relieve a los lados del sitio de la benevolencia.
Todos los órganos de las facultades intelectuales se hallan situados en la región frontal. Los catorce perceptivos son los siguientes:

1.º El órgano de la individualidad, que obliga al hombre a concentrar sus estudios en objetos particulares, individuales, y a ocuparse en las ciencias naturales. Reside en la raíz de la nariz; el desarrollo del órgano a que nos referimos hace sea mayor el espacio que separa ambos ojos.
2.º El órgano de la extensión, situado a los lados y por debajo del anterior, hacia el ángulo interno de la órbita.

3.º El órgano de la configuración o prosopognosis, aptitud para comprender y retener la figura de las cosas: las personas en quienes está desarrollado ese órgano son buenas fisonomistas y conservan la memoria de las personas. Reside por debajo del anterior, a los lados de la raíz de la nariz.

4.º El órgano de la resistencia y del peso: situado a la derecha y un poco por encima del precedente, hacia la parte interna del reborde orbitario superior.

5.º El órgano del color, o de la cromática, situado hacia la parte media del mismo reborde.

6.º El órgano del orden, que preside la clasificación de los objetos, de las ocupaciones, situado por fuera del anterior.

7.º El órgano de los números, aptitud para las ciencias matemáticas: situado hacia el ángulo externo de la órbita.

8.º Organo de las palabras (onomatisofía), memoria de las palabras. Reside en el fondo de la órbita, en el lóbulo anterior del hemisferio cerebral.

9.º El órgano del lenguaje (glosomacia), aptitud para aprender los idiomas: situado por encima del anterior.

10.º Organo de la localidad o cosmognosis, que crea la aptitud para comprender la situación respectiva de los objetos y facilita la memoria de los lugares.

12.º Organo de la eventualidad o docilidad, o memoria de las cosas, o educabilidad; colocado en la parte media de la frente, por encirna del órgano de la individualidad.

13.º Organo del tiempo, que preside el sentimiento de la duración de los intervalos de tiempo. Situado por fuera del órgano de la eventualidad y encima del de la localidad.

14.º Organo del tono, de la música: sentido de la armonía, de la melodía, diferente del ritmo. Reside en la región temporal, por fuera del anterior.
Finalmente, los dos órganos de las facultades intelectuales reflectivas son: 1.º el órgano de la comparación, sagacidad comparativa, espíritu de analogía, colocado en la parte media de la frente, por encima del órgano de la eventualidad; y 2.º el órgano de la causalidad, situado en el lado externo del anterior.
En la enumeración que precede no se halla incluído el órgano de la sublimidad, que admiten muy pocos frenólogos, ni tampoco el de la observación inductiva, caracterizado por la reunión de los referentes a la sagacidad comparativa, la causalidad y el buen humor.

Por lo demás, las ideas de Gall y sus discípulos, tan famosas en otro tiempo, apenas ofrecen hoy más que un valor histórico, sobre todo desde que trabajos numerosos y relativamente recientes acerca de las localizaciones cerebrales han establecido el verdadero papel que desempeñan determinadas porciones del encéfalo. De cualquier modo, es evidente que esa clasificación de los instintos y de las facultades morales e intelectuales, arbitraria por muchos conceptos, no podía tener su representación exacta en los órganos cerebrales. Era asimismo increíble que el predominio de cada uno de esos diversos órganos se manifestara al exterior por cambios de volumen o dimensiones en las partes correspondientes del cráneo.


Y para terminar una anécdota:

Gall, por ejemplo, colocaba en el cerebelo el sitio del amor. Asistió dicho médico a una joven viuda a quien era tan molesta la continencia propia de su estado que experimentó verdaderos accesos de ninfomanía, durante los cuales aquejaba tensión extraordinaria y gran calor en la nuca. Cierto día, estando sosteniéndola en uno de sus accesos, asombróse Gall al ver la amplitud de aquella región y el calor que en ella se notaba. Con tal motivo, examinó las cabezas de algunos hombres muy propensos al amor, las comparó con otros hombres en quienes esa pasión era poco pronunciada, y siempre observó que los primeros tenían la nuca muy desarrollada, mientras que los otros nada ofrecían de particular. Averiguó, además, que «los animales que no cohabitan carecen de cerebelo; que el desarrollo de este órgano se detiene por la castración; que el volumen del cerebelo es mayor en el sexo masculino (que tiene más imperiosos instintos de reproducción) que en el femenino; que, en el hombre, el cerebelo no se desarrolla por completo hasta los dieciséis años próximamente, es decir, cuando comienzan a sentirse los impulsos sexuales; que las lesiones del cerebelo excitan o aniquilan, según los casos, los deseos venéreos.» Pues bien, muchos eminentes fisiólogos y patólogos contemporáneos han demostrado la inexactitud de tales afirmaciones, observando que Ia casos de erección en las afecciones del cerebelo no son más comunes que los que se observan en las enfermedades de otras partes del encéfalo.
Con todo, la doctrina de Gall se apoyaba en un dato que cada vez va haciéndose más positivo, a saber, que la inteligencia y los sentimientos tienen sus centros de acción en el encéfalo. Esos centros de acción no se hallan separados por límites fijos y evidentes; pero, sin embargo, parece innegable que el dominio de los apetitos, de los instintos, está, en conjunto, separado anatómicamente del de las facultades intelectuales.



CONCLUSIÓN:

En lo personal esta práctica me agradó porque primero vimos la teoría, la entiendímos, apuntamos y después practicamos, creo que esa metodología es buena, porque acabas de ver el tema y te lo reafirma, te das cuenta si en verdad lo entendiste o no. En cuanto a la dinámica de grupo me gusta el estar en equipo y que los maestros pasen a las mesas ya que mientras esperamos nuestro turno, compartimos lo que sabemos y nos ayudamos unos a otros. Después, cuando los profesores pasan y nos explican, cada uno pone atención y después nos preguntamos unos a otros para ver si en realidad entendimos; esta técnica nos ha funcionado, aprendemos más así.

En cuanto al contenido pues fue completamente nuevo, de los hemisferios sólo sabíamos que formaba parte del encéfalo, en especial del telencéfalo, y su división en lóbulos pero de ahí en más todo lo que vimos fue completamente nuevo.





BILBIOGRAFÍA:



Gauntlett Beare, Patricia y Judith L. Myers; “Enfermería, principios y práctica”, Editorial Médica Panamericana, Tomo 3, Madrid, 1993. p. 981 y 982




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